MI PRIMER VIAJE EN EL FERROCARIL MÁS DIFICIL DEL MUNDO.


Bueno, mi historia empieza en el mes de agosto de 1982 tenia aproximadamente 9 años, las clases ya habían terminado y estábamos iniciando las ansiadas vacaciones, en aquellos años vivía con mi familia en Cuenca y lo normal era que mi mamá apenas salíamos de vacaciones nos enviaban a mi hermano y a mi a pasar las vacaciones con nuestros abuelitos en Duran, pero ese año fue diferente….mi papá había estado planeando un viaje que nunca íbamos a olvidar y más ahora , ya que fui una de las ultimas generaciones que tuvo el privilegio de viajar en tren bautizado como “El ferrocarril más difícil del mundo” por uno de los ingenieros que lo construyó.

Debido a que la línea del tren pasaba justo por el frente de la casa de mis abuelitos era muy común ver a esas grandes locomotoras halando varios vagones, incluso nos sabíamos los horarios: todos los días salía a las 6h00 de Duran a Riobamba y el que salía de Riobamba llegaba cerca de las 16h00 a Durán, pero viajar en tren desde Riobamba nunca lo habíamos hecho.

Continuando con la historia les contaré que salimos de Cuenca cerca de las 20h00 con destino a Riobamba (realmente nos hubiera gustado viajar en tren desde Cuenca pero en ese tiempo por el invierno ese tramo estaba inhabilitado) después de 10 cansadas horas de viajes finalmente llegamos casi a la 03h00 de la mañana a Riobamba, nos ubicamos en un hotel frente a la estación del Ferrocarril a fin de poder estar a tiempo para embarcarnos, pero era tal mi ansiedad por viajar en tren que casi no dormí. Cuando llegó las 05h00 de la mañana, fuimos a la estación y mi papá compró los boletos, después de esperar una hora en la estación, la locomotora dio los cinco pitazos que anunciaban la ansiada partida, y ahí……. empezó nuestra travesía.


Cruzar por el centro de Riobamba a esa hora de la mañana es ver a una ciudad que recién se estaba despertando, y aunque el frío era terrible ahí estaba la gente de los mercados con sus cargas para la venta, los transportistas y las infaltables señoras camino a misa, a medida que salíamos de la ciudad iba amaneciendo y con la claridad de la mañana surgía los volcanes que rodean Riobamba, El Altar, Carihauirazo con sus 5.020 mts, la Mama Tungurahua, el Cotopaxi, el volcán mas activo del mundo, y el colosal Chimborazo con sus 6 310 metros de altura distinguiéndose en medio de una cadena de cerros; el aire fresco y puro se sentía a flor de piel pasamos bosques de eucalipto, pino y grandes valles; asi vamos llegando una a una a las primeras estaciones: Cajabamba, Palmira, Columbe, me acuerdo que eran blancas y de igual modelo de construcción , aquí las paradas son muy breves apenas para embarcar y desembarcar pasajeros . Seguimos la marcha, y la serranía se desplegaba acompañados de los rayos solares y de los postes del telégrafo que estában a lo largo de toda la vía los cuales iban anunciando la hora de llegada a cada estación y permitían que se planifique el cruce con el otro tren que venía de Duran.

Cuando llegamos a Guamote, el movimiento se hacía mas intenso, aquí la parada era un poco mas extensa , los vendedores de papitas con cuero, hornado y otras delicias mas estaban por todos lados; aquí mi papá nos dice para viajar arriba de los vagones, lo cual me pareció, genial, digamos que en aquellos tiempos uno podía escoger el rincón donde viajar: en el vagón de primera, en los superventilados de carga, en el techo, colgado de una escalerilla, incluso mi mama decía que se podía ir con el maquinista, si la persona se ganaba su simpatía, pero normalmente no era recomendable salir desde Riobamba en el techo por el frio intenso, la mayoría de la gente empezaba a subirse a los vagones a medida que la mañana se iba calentado.

Después de pasar por varias estaciones pequeñas entre esos Tixán ( también les contare de este pueblito en otro post) y luego de tres horas más o menos llegamos a Alausí, aquí la bulla es mas intensa, se ve gente que sube y baja y después en los vagones ya no hay sitio libre ni arriba ni abajo. Salimos de Alausí y empezaba el tren a descender buscando tierras mas cálidas y después de pasar por varios precipicios llegamos al sitio más impactante de la ruta, “ la Nariz del Diablo” denominada así por la dificultad y forma de la roca. En este punto el tren subió casi hasta la punta, aqui realizo un cambio y comenzó a descender lentamente de cola y en forma de zig-zag (según tengo entendido 800 metros) les contaré que la respiración casi se me detuvo y el vértigo por mas que quisiera no se podía evitar y aunque uno se tapaba los ojos no podía dejar de ver la pendiente por entre los dedos, y allá abajo casi invisible se veía la estación de Sibambe.




Después de unos minutos continuamos nuestra travesía y acompañados por el rio Chanchan llegamos a la estación de Chanchán y después de un breve descanso seguimos nuestro camino y entonces aparecen los Tuneles, en uno de ellos pasamos levantados la cabeza en los otros dos tuvimos que agacharnos por lo bajito que son, finalmente a las 12h00 del día y con mucha hambre llegamos a Huigra (de este pueblo de mis antepasados les contaré en el próximo post), el alboroto de la gente, los turistas, los vendedores de la estación con sus famoso arroz con huevo en hojas de col, la fritada, etc nos llenó el estomago, en esta estación la espera era mas larga ya que aquí se realizaría el cruce con el otro tren que venia de Duran, mucha gente entre locales y turistas tomaron este tren para iniciar el viaje de regreso a Riobamba, pero nuestra meta era llegar a Durán, aquí por el tiempo de espera aprovechamos para saludar a la familias y amigos de mi mamá.
Luego de hacer el cruce, nos volvimos a embarcar para continuar el viaje, pasamos las estaciones de Naranjapata, Naranjito,y otras estaciones pequeñas, también varios puentes en especial uno muy largo conocido como de el “ de la S” por la forma parecida a esta letra; en esta etapa del viaje la vegetación cambió y empezamos a sentir el aire cálido de la costa, después de una hora de viaje desde Huigra llegamos a Bucay y al igual que en las otra estaciones las ventas no faltaban, las gente se subía y bajaba de los vagones, luego de un rato y como sucedía en cada estación se escuchó el pito de la locomotora que anunciaba que estábamos listos para continuar la marcha hacia Milagro, una de las ciudades mas comerciales, luego estaba Yaguachi y finalmente Durán. Cuando llegamos recuerdo haber pasado por la casa de mis abuelitos gritando y saludando del gusto.
Y así termina mi travesía que después de tantos años la recuerdo como si fuera ayer y entonces comprendo la dimensión de la frase escuchada a lo largo de la historia y dicha por muchas voces: "el ferrocarril no puede morir".

Los fuertes inviernos de 1983 y de los años noventa ocasionados por el Fenómeno del Niño produjo la destrucción de los túneles y de varios tramos de la vía férrea, algunos de estos tramos fueron arreglados pero otros quedaron totalmente inhabilitados lo cual produjo que muchos de los pueblos por donde pasaba el tren queden literalmente abandonados.
Actualmente las autoridades están trabajando en la reconstrucción de la vía férrea, pero la apertura del tramo completo Quito- Durán no esta previsto a corto plazo.
Les dejo un párrafo de un artículo sobre el Ferrocarril escrito en Diario Hoy en 1994:
“ El telégrafo, los viejos vagones, las tradicionales gorras de los
hombres del ferrocarril, la salvaje presencia de las montañas y
los ríos del camino, todo aquí invita a sentirse trasladado a
otro lugar de la historia. El tiempo de todos los días, el de la
prisa y las agresiones de la urbe, va dejando espacio a otro
tiempo, más lento, más viejo y quemado, un tiempo que se va
deshilvanando de a poco, segundo a segundo, vagón por vagón..."